lunes, septiembre 29, 2008

LA ÓPERA(VIENA).


Siempre dije que uno de mis sueños era ir a Viena y con un traje negro precioso entrar en la ópera. Antes de ir miramos la posibilidades de hacerlo realidad y fue más que complicado porque en la maleta no cabía ni el traje negro, ni el bolso , ni los tacones, mucho menos los maquillajes y ya para que contar, el traje, corbata y zapatos para Pedro...y es que a la ópera una ha de ir vestida como una princesa, primero porque exige etiqueta(cosas que se inventan para que no vaya cualquiera) y después porque mi sueño era así, de pedigrí. Total, que no pudo ser, ya será otra vez, sin embargo tuve ópera al aire libre, con vaqueros y sin tanta tiesor, en un parque cercano al parlamento. La cena también fue improvisada, sentados en un banco, rodeados de cientos de personas que como nosotros habían decidido probar los distintos platos que se ofrecían en unos pequeños habitáculos al aire libre. Me llevo el recuerdo del anciano que estaba sentado enfrente de mí, miraba alrededor y escribía en una libreta. Entre la música de Mozart que sonaba y el señor este que me transmitía pensamientos melancólicos, me dejé embargar por el ambiente mágico que circula en Viena y si, solté alguna lagrimita, creo que de absoluta felicidad.

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